Cracovia y sus alrededores están repletos de monumentos históricos, religiosos y culturales. El casco antiguo donde se encuentra la impresionante Plaza Mayor, la plaza medieval más grande de Europa inscrita en la Lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El Castillo Real de Wawel y su Catedral – lugar de coronaciones de los reyes polacos – durante varios siglos fueron la sede de los monarcas de Polonia. La Universidad de Cracovia es una de las más antiguas de Europa. En Kazimiersz, el barrio judío, hallamos numerosas sinagogas que testimonian la convivencia de cristianos y judíos a lo largo de varios siglos.
En las afueras de Cracovia se encuentra la Mina de Sal de Wieliczka, monumento técnico medieval único en su especie, y a unos 70 km de distancia de la ciudad se halla el terreno donde hubo el antiguo campo de exterminio Auschwitz-Birkenau. La belleza de la naturaleza y de la cultura popular original se pueden admirar en los Tatras, cadena montañosa de carácter alpino situada a unos 100 km de Cracovia.
Cracovia y sus alrededores ofrecen también numerosos monumentos religiosos del pueblo polaco. Teniendo en cuenta el número de iglesias y de órdenes monásticas, a Cracovia se la suele llamar la segunda Roma. Muchos santos y beatos polacos estaban vinculados a esta ciudad. Antes de ser elegido como papa, San Juan Pablo II estuvo estrechamente relacionado con Cracovia, primero como estudiante, después como sacerdote, obispo y cardenal. En las afueras de la ciudad se halla el Santuario de la Divina Misericordia, conocido en todo el mundo. A poca distancia de Cracovia se encuentra la ciudad de Wadowice, donde nació San Juan Pablo II, Kalwaria Zebrzydowska, santuario mariano inscrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como Częstochowa, uno de los lugares del culto mariano más importantes del mundo donde se venera el milagroso icono de la Virgen Negra.